viernes, 22 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
viernes, 1 de junio de 2012
¿Y
ahora que llegó el TLC qué?
Augusto
Posada, Representante a la Cámara
Ahora
que el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos entró en vigencia,
surgen muchas dudas con respecto a su implementación y crecen los rumores de
quienes han querido torpedear el proceso desde el principio. La mayoría de las
críticas que hoy se hacen parten de la desinformación, que es una de las
estrategias más recurrentes entre quienes transitan en lo público con pocos
argumentos.
Como
primera respuesta: el Gobierno de Colombia no va a abandonar a los productores
locales que podrían sufrir algún tipo de rezago por la llegada del Acuerdo.
Estamos ante el mayor mercado del mundo y al contrario, lo que debemos ver de
todo este proceso es la gran cantidad de compradores que tendremos a
disposición.
En
este sentido, el presidente Juan Manuel Santos anunció un billón de pesos para
apoyar los procesos de transformación de sectores como el arrocero, lácteo y
cárnico, que necesitan ponerse a tono con las exigencias mundiales.
Los
arroceros por ejemplo, que han temido por su suerte, estuvieron protegidos en
los procesos de negociación, tanto que Colombia otorgó un cupo de importación
de 79.000 toneladas de arroz, cuando en nuestro país el consumo es de 1’794.000
toneladas, es decir lo importado será sólo el 4%.
Este
tipo de productores y otros más tienen ante sus ojos la posibilidad de crecer
en un nuevo mercado: experiencias de otros países latinoamericanos que firmaron
estos acuerdos en el pasado nos muestran que luego de la entrada en vigencia se
generó una dinámica exportadora que no se había medido.
Incluso,
quienes sostienen que no había necesidad de un TLC a sabiendas de que Colombia
y los Estados Unidos regían su comercio por el ATPDEA, no han dimensionado que
dentro de los productos que antes cobijaba ese acuerdo transitorio, no estaban
muchos de los que hoy están ingresando sin aranceles a territorio
norteamericano.
Aún
más: renglones tan sensibles como las flores, que antes del TLC ya tenían
ventajas, ahora gozan de una estabilidad que se verá traducida en inversión
extranjera y la opción de generar negocios sin el limitante del vencimiento del
acuerdo anterior.
Algo
bien importante tiene este TLC: Colombia quiere ir a la fija y determinó para
ese efecto un grupo de sectores (16 en total) a los que en una alianza de los
sectores público y privado se fortalecerán para jugar en las canchas no sólo
estadounidenses sino mundiales.
Lo
anterior incluye una revisión a todo el sistema legal colombiano para volvernos
más productivos y competitivos. Ese ha sido el gran obstáculo de los sectores
en otros países, que no aprovecharon este tipo de acuerdos y dejaron que la
poca preparación para enfrentar el mercado más grande del mundo no les permitiera
crecer como se esperaba.
Todo
esto va de la mano con la responsabilidad que tienen tanto el gobierno como los
gremios para hacer más fácil el tránsito hacia este nuevo modelo. Y aquí vale
la pena destacar la tarea de socialización que se ha emprendido: para este
2012, se tiene programada una actividad de instrucción, resolución de dudas o
apoyo individual casi cada día por medio; incluso comisiones de diferentes
sectores nuestros, estarán en ferias y congresos en los Estados Unidos para
conocer el proceso con sus posibles compradores.
Llegarán
más empresas extranjeras a nuestro país y eso reactivará sectores en los que
hemos sido competitivos, no sólo en términos de productos sino en servicios.
Los colombianos nos caracterizamos por ser buenos anfitriones y ser cálidos en
nuestro trato y ahí se abren nuevas opciones con beneficios directos.
Finalmente,
hay una pregunta que siempre surge: ¿esto beneficia directamente al ciudadano?
El TLC impactará favorablemente sobre todos nosotros, tanto en los ciudadanos
de a pié que día a día veremos reflejados mejores precios y más opciones de
productos en los supermercados, como en los indicadores económicos y sociales
más sensibles de Colombia, por ejemplo la creación de 500.000 puestos de
trabajo gracias a la puesta en marcha de este acuerdo.
Sin
duda, es un reto que dependerá de nosotros y nuestra preparación cómo lo
enfrentemos. Las puertas están abiertas para que sea de la mejor forma.
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